Un soplo de suerte o un salto de fe; confiar es un instinto que no puedo adquirir.
Me imaginé un escenario particular, creo que tenía una connotación de libertad. Me hizo preguntarme qué podría tenerme tan atado, para necesitar esa imagen en mi mente.
No es tan difícil reconocerlo, tiene relación con el planteamiento de expectativas desmoronadas, de la idea de una vida con ausencia de consistencia, la cual he llevado a lo más profundo de mi esencia.
Lo que más mata, es la seguridad con que soy capaz de plantear lo anterior, decidir sin muchas dudas que no soy imprescindible, y aunque trate de convencerme de ello, prima la desconfianza.
Es como si fuera capaz de captar cosas que creo únicas, y al encontrarlas, paso a vivir, bebiendo exclusivamente de esa sensación.
El problema es aún no haber encontrado a nadie que logre vivir solamente de mi esencia, y eso lentamente logra mantenerme en un estado alerta y desconfiado, porque sé que cuando nazcan dificultades lo más fácil para el resto es escapar, cancelar, borrar; mientras yo como estúpido sigo tratando de creer en mi bebida emocional.